Deuda Externa, una pésima historia sin fin
El Ecuador nace como república a inicios
del siglo XIX, lo hace endeudándose con Inglaterra motivado en el deseo de
independencia, a partir de allí dicha deuda y otras que vendrían, conformarían
la Deuda Externa que ha resultado impagable y se ha convertido en un lastre
para el desarrollo del Ecuador.
La deuda externa es la cantidad
de dinero que adeuda un país a acreedores de otros países.
La Deuda Externa del Ecuador para enero
del 2019, según datos del Banco Central del Ecuador es de 45.015 millones de
dólares, dividido esto en 36.805 millones de deuda pública (Estado) y 8.210
millones de deuda privada (particulares), tomando en cuenta que el Presupuesto
General del Estado en este año es de 31.318 millones, se torna una deuda
bastante onerosa. Por qué la deuda ha ascendido a valores casi impagables,
muchas son las causas, pero entre ellas la corrupción y el despropósito de los
préstamos se imponen.
El inicio de la búsqueda de la
independencia ecuatoriana no se da desde el pueblo, sino desde un grupo de
criollos que deseaban tenar más poder político, en otras palabras quitarle a
España tal poder, para ellos. Partiendo de allí, a este grupo de “patriotas” lo
que realmente le importaba era su propio beneficio, sin tomar en cuenta lo
endeudado que dejarían al futuro país. Esa historia luego se repite una y otra
vez, gobiernos que asumen sus mandatos bajo el manto de intereses particulares,
lo que ha quedado luego al finalizar sus periodos, es un país mucho más
endeudado, sin obras que justifiquen dichas deudas.
No sólo es el hecho de endeudarse, sino el
de asumir medidas económicas impuestas por los prestamistas, que lo que hacen
es afectar a la misma economía que se dice intentar fortalecer, ya que el
interés de estas organizaciones más allá del monetario, es el de mantener
países en deterioro económico, para así poder controlarlos eh influir sobre
ellos, en base a la presión de los préstamos.
Por supuesto que la imposición de los
organismos financieros internacionales como el FMI y el BM mediante cartas de
intención, va acompañado de la inoperancia de las autoridades de turno, que no
negocian los préstamos sino que aceptan desde la comodidad de cumplir con
ciertas obligaciones económicas y no sobre la base de una planificación que
derive en que dichos fondos, puedan generar ingresos.
El actual presidente ecuatoriano Lenin
Moreno, encabezó las negociaciones con el FMI en el que alcanzaron un préstamo
de 4.200 millones de dólares para el país, si tanto se dice por parte del
gobierno que dicho préstamo es beneficioso, por qué no se hace pública las
condiciones que se asumieron. Aunque no se las diga se las siente, como fue el
aumento de los combustibles, las nuevas leyes laborales, despido de
trabajadores públicos, etc.
Han existido renegociaciones de deuda
favorables al Ecuador, la última de ellas en 2009 en donde el gobierno de
Rafael Correa declaró a la deuda como ilegítima, logrando una reducción
considerable de la misma. Pero aquellos logros se ven borrados por las
siguientes autoridades que adoptan otras políticas y lo ahorrado se ve
nuevamente perdido.
Los proyectos de ajuste económico que se
aplican luego de adquirir una deuda, afectan en especial a las personas de
bajos recursos, al llamado pueblo, aquellas millones de personas que al final, son
los que asumen las deudas adquiridas por los administradores del Estado.
“En el
Ecuador, a diferencia de lo que sucedió en otros países de la región, no se
logró fragmentar, alienar y domesticar a las capas populares, al movimiento
indígena, al movimiento campesino y a los reclamos regionales, tampoco al
sindicalismo, de todas maneras debilitado en este contexto de ajuste. Y son
precisamente estos segmentos de la población, "obstáculos para el
desarrollo" desde la perspectiva del gran capital y del paradigma
neoliberal, los que podrían desarrollar propuestas que conduzcan a un
desarrollo sostenido y sostenible, incluyente y autodependiente, solidario y
democrático."
Alberto Acosta
(Procesos económicos contemporáneos)
Son justamente esa parte de la sociedad la
que se mantiene en resistencia, la que se torna en obstáculo para que los
gobiernos de turno hagan y deshagan con la economía del país y de los
ecuatorianos, aunque su fuerza se ha visto mermada en los últimos años, siguen
siendo la voz que los gobiernos intentan acallar.
Tan poco clara es la manera en que se
maneja la deuda ecuatoriana, que el presidente Lenin Moreno afirmó en el mes de
mayo del 2019, que la deuda adquirida por el gobierno de Rafael
Correa asciende a 75.000 millones de dólares de los cuáles nadie tenía
conocimiento, de dónde apareció tamaña cifra, porqué el ejecutivo actual tardó
tanto en dar a conocer estas cantidades a pesar de haber sido parte de ese
mismo gobierno, muchas preguntas sin responder, así tal cual, ha sido el manejo
de la deuda, más dudas que certezas. En este escenario nada favorable a
las masas, la realidad de un Ecuador endeudado sea con China, BM o FMI está
lejos muy lejos de cambiar.
Nuestros padres fundadores también fueron
nuestros padres deudores y como “buenos” hijos, hemos seguido su legado, para
nada patriótico.
David Figueroa- Facso 2019



